En estas líneas pretendemos recoger una serie de preguntas, más que dar respuestas, a aquello que uno se debe plantear en el momento que quiere montarse un negocio dedicado a la restauración.  Se trata de crear el alma del proyecto, ya que sin concepto no hay nada.

 

Si buscamos la definición de concepto en la RAE , la primera afección hace referencia a la idea que concibe o forma el entendimiento. El formar un concepto responde al hecho de determinar algo en la mente después de examinar las circunstancias.

 

El concepto es la plasmación de la idea que uno tiene a la hora de montar su negocio y se concreta en el tipo de local, la oferta gastronómica que vas a ofrecer, la creación de la identidad y de una marca, el publico al que te vas a dirigir entre muchas otras cosas que giraran entorno a ese mismo eje y que dará respuesta a tu proyecto. La verdad es que no hay una receta que te asegure el éxito pero si que te mostramos los ingredientes a tener en cuenta para que puedas tener un buen resultado.

 

Para plantear tu concepto como acabamos de decir, lo primero que debemos preguntarnos es cómo queremos que sea nuestro restaurante o negocio. Un ejercicio de ver cómo lo imaginamos y para que no nos parezca una tarea muy difícil en el fondo, nuestra propuesta es ir respondiendo a una serie de preguntas que seguro que te ayudaran a confeccionar tu concepto global.

 

¿Qué quiero hacer? ¿Cuál es mi proyecto?

La mayoría de las veces no hace falta inventar la pólvora,  la mayoría de las proyectos surgen de reproducir modelos de éxito existentes. Nosotros nos podemos inspirar en negocios que funcionen y ver qué nos gusta e identifica para construir nuestro proyecto. Qué tipo de propuesta quiero montar, un restaurante, algo para llevar, un food truck, un bar de copas, etc…???  Visitar y conocer la otros negocios nos proporcionará mucha información y nos ayudará a modelar nuestra idea.

 

¿Cuál es la oferta gastronómica que quiero desarrollar?

Definiendo qué quiero ofrecer de comida y bebida para mis clientes estableceré  la dimensión y las necesidades a tener en cuenta y nos ayudará a planificar el proyecto en sí. La cocina que se sirva puede presentar un determinado estilo que será el tuyo o el que desarrolle tu personal en la cocina. La creación de la oferta estará condicionada por el nivel de precios o ticket medio que preveas de tu cliente o viceversa.  Al final no te abrumes y no dejes de hacer lo que tu quieras porque aunque los condicionantes sean muchos, al final el que va a pagar las nominas vas a ser tu.

 

¿Qué necesito para poner en marcha la oferta que quiero ofrecer?

Aquí ya hemos hablado de todo el papeleo necesario pertinente debemos evaluar y hacer un listado de todo aquello que necesito. Es el punto que debo valorar mis recursos materiales e inmateriales, la infraestructura y poner una buena dosis de realismo. En este apartado se subdividiría en ¿cuál es la ubicación perfecta para mi concepto de negocio? O ¿qué necesito para arrancar el negocio? Hablamos de recursos económicos, dispongo de capital, tengo línea de crédito, inmobiliario. Necesito un socio, que implica tener un socio. Socios trabajadores, es bueno involucrar a la familia o amigos. Son cosas a tener en cuenta y que como siempre no hay una única respuesta todo depende de la idiosincrasia del proyecto y de la realidad de cada uno.

 

A partir de aquí ya debo pensar en el personal necesario, los mínimos y máximos, los fijos y los temporales que puedo usar en picos de trabajo, en cual va a ser mi oferta, diaria, medios días, noches, fin de semana, temporadas, etc.  Decisiones que condicionaran la contratación del personal.

 

¿Quiénes son mis competidores?

Pocas veces nos paramos a pensar en aquellos que potencialmente son competidores. Si los tenemos en cuenta y los valoramos podremos aprender mucho, de sus modelos de negocio, de cómo es su oferta, de cual es el flujo de clientela, de cómo atraen el cliente. Hay muchas teorías si es adecuado poner nuestro negocio al lado de una fuerte competencia, los hay que opinan que generar un eje de restauración o de entretenimiento genera un efecto llamada y otros que si la oferta es exclusiva necesariamente requiere exclusividad  en relación al entorno y espacio. Al final lo importante es que no nos digan “ no hay cama para tanta gente”.

 

¿Qué voy a aportar con mi propuesta?

Plantearse qué diferencia tiene mi propuesta de otra..?Qué apuesta de valor, que la hace singular…?? Que será aquello que atraerá a mi cliente que no lo va a poder ofrecer mi competencia..?. Esto es uno de los factores que nos hará diferentes y debe ser la esencia de nuestro concepto, puede ser algo grande como la propia oferta de comida y bebida o en la suma de detalles la forma de servicio, las vajilla, la decoración, etc.

 

¿A quién va dirigido mi producto? ¿Quién quiero que venga a comer?

Esta es la parte que nos explican los libros de marketing y que hace referencia claramente a que al final hemos de inclinarnos por un perfil, por un segmento de cliente, para poder dar una mejor respuesta, producto y servicio a nuestro cliente. Tiene relación con nuestro concepto y claro esta con nuestra oferta hemos de encontrar el maridaje perfecto. Es una de las decisiones a tomar :  oferta general, amplio abanico de clientes u oferta concreta segmento potencial del cliente focalizado.

 

¿Cómo me van a conocer los clientes?

Es un momento de ebullición de las formas de comunicación de la oferta de cualquier empresa y negocio, donde coexisten las formas tradicionales hasta el momento con las nuevas herramientas digitales, redes sociales, etc. Todas al final responden a  cómo queremos o podemos trasmitir nuestro concepto, aquello que hacemos, nuestra  oferta para que llegue a todo nuestro cliente potencial. Deberemos conocer, informarnos y diversificarnos, dependiendo de nuestro recursos e infraestructura asesorados por profesionales o en un clásico ya del sector “Juan Palomo”.

 

 

 

Como hemos dicho no pretendemos convertirnos en gurús de nada, cada uno debe confeccionar su proyecto y estas preguntas creemos que son unas de las vitales que tenemos que responder, que no las únicas.  Al final, uno debe ser el primer critico con su trabajo, siendo objetivo dentro de la realidad subjetiva que es el gusto personal.  Lo ideal es encontrar el equilibrio entre lo que uno quiere hacer, lo que puede hacer y lo que quiere el cliente.