El sector de la restauración es más complejo de lo que parece a primera vista, para muestra un dato: ocho de cada diez nuevos restaurantes echan el cierre antes de cumplir el primer año. El principal problema detrás de una cifra tan dramática como esta es la falta de formación, la cual lleva a cometer todo tipo de errores, especialmente contables, que acaban por tirar por tierra más de un sueño. Conoce los errores de gestión más comunes.
1. No contar con un plan de negocio
Lo que debemos pensar antes de abrir un restaurante es que estamos creando una empresa, por lo que un plan de negocios es indispensable. Hay que planificar diferentes acciones al corto plazo, al medio y al largo plazo, ya que la primera semana será fantástica por la novedad, pero la vida continúa una vez pasado ese período de “gracia”. Hay que tener claros unos objetivos de crecimiento sostenido y que sean realistas, controlar la evolución de la oferta gastronómica, la eficiencia de los servicios y muchos aspectos más.
Solo así, con un plan, lograremos sobrevivir en un entorno tan competitivo. Además, no hay que olvidar que el plan debe ser flexible, ya que tendremos que ser capaces de cambiar de estrategia para no caer en la bancarrota.
2. No inventariar ni realizar escandallos
La organización en un restaurante es algo básico. Nos jugamos mucho si no realizamos un buen inventariado. Hay que controlar la entrada de alimentos y su consumo, los proveedores, si funcionan o no los platos a lo largo del tiempo, realizar una estimación precisa de su precio en función de los ingredientes y establecer una jerarquía clara con órdenes que todo el mundo pueda seguir. Los escandallos e inventarios son herramientas vitales en este aspecto.
3. No contar con un presupuesto
Si no se controlan los gastos difícilmente es posible saber los beneficios reales, y no vale con llevar una estimación de ellos. Hay que saber detalladamente cuánto dinero tenemos y en qué lo gastamos para ser eficaces. El dinero es un recurso más, uno muy importante, que debemos dirigir allí donde se consigan mejores resultados. Sin un presupuesto no sabremos cuánto dinero disponemos ni para qué lo queremos. Dirigir un restaurante a ojo no es la mejor de las ideas.
4. La comunicación es esencial
Cuando un servicio empieza hay que mantener una comunicación fluida. Todo el personal debe saber qué tareas realizar y han de trabajar de manera armoniosa, es decir, cada uno en sus tareas y sacándolas adelante de la mejor manera posible.
Conclusiones
Estos han sido los errores más comunes cometidos en la gestión de un restaurante. Conocerlos te ayudará en algún momento, pero no sustituyen a una sólida formación en esta materia. Recuerda que dirigir un restaurante no es un juego.